Se va a caer, se va a caer...

Se cayó, por fin se cayó. En el ambiente quedó reinando un silencio que lastimaba los oídos. Nadie supo qué hacer. A uno que otro ciudadano se le mojaron los ojos, los demás sólo se quedaron ahí, de pie, con la boca abierta sin poder decir nada, la nube de polvo se extendió por cientos de metros a la redonda, y la corriente del Támesis empezó su labor purificadora de arrastras los escombros. El panorama cambió de repente, y todos buscan alguien a quién apuntar con el dedo pero obviamente no hay nadie, y al ser como somos, comenzamos a culparnos a nosotros mismos. Se nos ha venido advirtiendo desde hace tiempo y no hicimos nada. Ahora ya no tiene sentido, ya no hay nada inverosímil de lo cual hacer cancioncillas. Sólo se puede hablar de lo que pasó.
Los niños se siguen tomando por las manos, y dando brincos cantan una canción diferente:
“El puente de Londres ya se cayó, ya se cayó y nos cayó encima”

El Extra

El extra se recuesta sobre una pared, enciende un cigarrillo y pone mirada lánguida al grito de acción.
Fuera de foco, el extra es parte del mundo de alguien más.
El extra es una pestaña, un codo o una rodilla en la esquina del cuadro.
El extra corre fingiéndose presa del pánico del horror que luego destruirá el héroe con artificial valentía.
El extra no es protagonista ni en su propia vida y siente un hueco en el estómago cuando de entre la multitud de fondo ve a la doncella caer en brazos del galán.
El extra se pregunta con fuerza cuando será el momento de que el paneo termine con él, en que el fade-in solo lo revele a él en un primer plano.
El extra se sueña derrotando peligros y conquistando doncellas hasta que la cámara ruede otra vez y vuelva a ser el ciudadano 22.
El extra no es dueño de su tiempo, sino que tiene que llevar el paso de quienes dan forma a su historia.
El extra anhela y siente.
El extra desea y odia.
El extra tiene detalles.
El extra tiene un rango emocional.
Pero nada de eso importa, al final nada de eso se ve en la pantalla.

Desapercibiendo

Los demás son tontos o se hacen
Sólo yo lo noto
cómo tu extraña presencia
carga el aire que te rodea.

Nadie más parece darse cuenta
Sólo yo te miro
mientras te fusionas
con la música que te envuelve

Mucho pasa desapercibido
Sólo yo colecciono
cada movimiento
que dibujas con la luz

Pasas muy por alto
Sólo yo me doy cuenta
cómo se desparrama por el suelo
el ritmo que describes

Todos te ignoran
Sólo yo te veo
con ojos cerrados
robarte lo poco que me queda de cordura

Se hace de todo...



Se recauchan sueños rotos
Se reaniman ilusiones
Se planchan arrugas en el alma
Y se amainan tormentas

Se brinda compañía
Se dan promesas
Se pintan futuros
Y se suavizan caminos

Se hacen peregrinaciones
Se confeccionan sueños
Se diseñan castillos en el aire
Y se maquillan lágrimas

Se devuelve el tiempo
Se recuperan años
Se sanan heridas
Y se dibujan mapas del cielo

Se corrigen destinos
Se eliminan miedos
Se rompen esquemas
Y se cuelgan sonrisas en la ventana como faros

Ya no se puede hacer más
Ya más no puedo ofrecer
El tiempo de la ausencia se hace largo
Y la distancia crece

Se hace de todo
menos olvidar
Se hace de todo
menos perder la esperanza
Se hace de todo
menos apartar la vista de la puerta


(imagen tomada de: http://oddesign.deviantart.com/art/Door-43565337 )

¿Y ahora?


- ¡Caramba! – dijo el príncipe emocionado oyendo su voz por primera vez.

Descubrió sus manos con pulgares y se llevó las manos a la cara. Se tanteó la nariz y buscó con los ojos por la habitación hasta que encontró un espejo de cuerpo completo, se miró de arriba a abajo. Estaba desnudo. Se dedicó con detalle a descubrir su nuevo cuerpo y con los dedos empezó a tantearse lo pies, perdió el balance y cayó duramente sobre su trasero. Rió con dolor, no estaba acostumbrado a pesar tanto.

- Ahora tengo piernas – pensó mientras pataleaba en suelo riendo como un niño. Durante su recorrido encontró muchas sensaciones nuevas, se tocó por donde pudo, hasta donde llegaban sus brazos, sus ansiosos dedillos se metieron en casi todos sus agujeros corporales, y encontró puntos en su cuerpo que le hacían sentir cosquillas o dolor, las dos cosas las disfrutó por igual, llegó de nuevo a su cabeza y encontró algo nuevo que no podía tocar, su mente. Podía ahora pensar con mucha más claridad, su cerebro parecía haberse abierto como una flor de loto y las posibilidades eran infinitas. Había pasado de una serie de pensamientos monocromáticos a un caleidoscopio de ideas.

Olores, sonidos, colores, todo era nuevo, todo estaba exagerado mil veces. Miró nuevamente su cuerpo que ahora era una versión musculosa y descolorida de su antiguo ser. Está bien, era más grande y fuerte, pero su piel ya no era brillante y lustrosa, además sentía mucho calor.
Buscó nuevamente con avidez su imagen en el espejo y vio a alguien más reflejado. ¿Cómo había podido olvidarse de ella?. Por meses y meses había sido su mascota fiel, su compañero en secretos y había llegado a amarla, al parecer era recíproco por eso aquél día ella se había atrevido a plantarle un beso en su fría bocaza.

La princesa estaba en el suelo, parecía haberse tropezado con un mueble en su sorpresa y estaba todavía ahí tirada junto al taburete volcado, con los ojos desencajados de terror. El príncipe trató de tocarla pero ella de un salto huyó hacia la puerta y se detuvo ahí, con la perilla en la mano. De pronto su expresión se transformó de una expresión de sorpresa y terror a una verdadera mueca de indignación y asco. Lo miró de arriba abajo y habló, pero su voz ya no era dulce sino un chirrido como de goznes sin engrasar.

- ¡Te prefería como sapo! – y con eso salió dando un portazo.

El príncipe se miró nuevamente pero esta vez de una manera muy diferente, y descubrió en ese momento que tenía algo nuevo que lo hacía más humano aún que los pulgares y el cerebro pensante...




(imágen tomada de: http://bliss-chan.deviantart.com/art/Frog-Prince-Lineart-43593434 )

De todos modos no veo bien de lejos, ni pude estar solo...

No fue solamente ayer,
lo ha sido siempre,
lo quise, quise ser árbol
para solamente estar ahí y respirar y crecer,
pero mis ojos quisieron ver el mundo.

No fue solamente ayer, lo fue siempre,
lo quise, quise ser mar;
para simplemente ser eterno,
conocer el mundo y ser profundo,
pero mis manos quieren tocar el cielo.

No fue solamente ayer, lo será siempre,
lo quise, quise ser montaña;
para ser deidad, ser alto e inspirar anhelos,
pero mis pies mueren por seguir la luna.

Lo de ayer lo será siempre, anhelé ser estrella,
pero fui fugaz,
exploté pronto y de todos modos no veo bien de lejos,
ni pude estar solo.

No fui mas que un deseo por nadie formulado, y la burbuja se hace estrecha,
una unión de elementos, un humano descargado,
un mundo prefabricado, una moneda de tres caras.

Siempre fui el nudo en la garganta, de quien muerde sus labios,
con pánico a la imprudencia, el rubor de la verguenza, la lengua adormecida,
los ojos llorosos y al final, la palabra mal dicha.

La columna vertebral de las piedras, el dedo en el gatillo y la oreja en el cañón,
el sabor metálico o la alegría/pánico de vivir y convivir
.
No fue solamente ayer, lo será siempre, y fui deseo,
pero no fui nada,
y solamente existí,
ya que ser es lo unico que se hacer.


(algún momento entre 2003 -2004)
Gracias JuanPa por guardarlo tanto tiempo

En la pared de Mariela

14:27 Publicado por César 0 comentarios
El arte no es sino rasga el alma
se convierte en el pálido retrato
de una tediosa y simple cotidianidad
las grandes obras llevan lágrimas, sangre y vida
solo se ocupa un corazón pulsante
para hacer algo sutilmente enorme...

(algún momento de 2005)

Escena de Amor

8:50 Publicado por César 5 comentarios

Muerte de Romeo
(Charles and Mary Lamb, Tales from Shakespeare)

Con trapeador en mano entra el vasallo, mientras va refunfuñando su suerte. No es él quien debería limpiar esto.
Sobre la tumba están todavía los cuerpos tibios de los jóvenes amantes. Nadie se había dignado a moverlos. Apoyado sobre el mango del trapeador el vasallo mira la escena, es un desastre, estos dos se encargaron de dejar el lugar hecho un verdadero chiquero. Un trapeador no será suficiente para recoger del suelo toda la sangre que antes hacía enrojecer las mejillas de la hermosa Julieta. El reguero se extendía desde la tumba casi hasta la puerta de entrada.

El vasallo apretó los dientes y maldijo de nuevo su suerte.

- Debería venir el viejo Montesco a limpiar o Capuleto; después de todo es su propia sangre la que estoy limpiando – espetaba para sí.

Pensó en pedir ayuda pero luego recapacitó. Si lo mandaron a él fue porque nadie más quería hacerlo; por lo tanto no era probable que alguien bajara a ayudarlo. Decidió poner manos a la obra, “al mal paso darle prisa”, movió un poco los caros vestidos de Julieta para empezar de adentro hacia afuera pero se detuvo cuando vio a Romeo. Su expresión no era plácida como a de Julieta, el veneno debió ser excepcionalmente fuerte se veía una leve mueca de dolor y la lengua comenzaba a salirse de la boca con un color oscuro. La escena mórbida le provocó escalofríos en la nuca. Había visto un par de veces al joven Romeo por las calles pero nunca le había hablado; de hecho sabía muy poco de él. Entonces le pareció inadecuado que fuera él precisamente el encargado de recoger todo. El grupo de allegados vino, hicieron un alboroto y luego se fueron y le dejaron su problema a alguien más.

- Bueno, me están pagando por limpiar esto, no por perder el tiempo – se dijo al notar que llevaba rato ahí parado sin hacer nada.

El silencio del lugar se vio perturbado por el sonido acuoso y pegajoso del trapeador cortando surcos sobre la sangre ya casi seca. El aire se llenó del típico aroma dulzón y metálico del líquido escarlata. Al poco rato el vasallo comenzó a sudar y nuevamente maldijo su suerte:

- ¡Mierda! – dijo en voz alta – El amor es sólo una escena, un acto y al terminar siempre tiene uno que venir a limpiar el desorden.

Carnaval

El carnaval da comienzo
Ninfas, cerberos, mancebos
todos en fila, todo un bufé
La multitud se mueve
como algo vivo, una unidad.

Todos hambrientos de olvidos
venimos aquí a no tener pasado
aquí tenemos derecho a ser vacíos
no hay pensamiento ni bueno ni malo

No tenemos derechos ni obligaciones
aquí venimos a estar ebrios de música
eternamente insatisfechos
aquí no somos nadie y somos todos
Somos clones con diferencias

Dejamos el ser y el sustantivo
y somos proyecciones
todos de plástico y cristal
Estamos sedientos de luz
y queremos sentir la piel vibrar

Sol con luna y luna con sol
Vamos a estar aquí mañana
y el día después
Aquí somos eternos
Aquí somos perfectos

Aquí despegamos sin rumbo
Somos una gota en el mar
Aquí se derriten los relojes de Dalí
y sin lucha nos dejamos llevar.

Sería yo













Sería masticar con la boca abierta
Ser abierta y descaradamente feliz
Sería yo ambicioso
con cada segundo que pase
Y con cada mirada
que se dispare como una bala perdida
Sería yo como un Grenouille
y en un frasco guardaría el olor del tiempo
que pasemos juntos

No abría tiempo de pensar
en los demás que nublan la vista
Sería poner los codos en la gran mesa
y subirse con zapatos en la cama
Sería yo como un globo que se hincha
y cada vez ocupa más
Sería tirar piedras
a los grandes vitrales del vecino
Y rayar con grafiti
las blancas paredes de la asamblea

Son tan pocos los dedos
que tengo en cada mano
Pero tantas las cosas
que podría hacerte con ellos
Sin tan solo me dejaras acercarme.
Sería yo tan completo.