No sé a veces si ser lo que se espera,
o ser inesperado, combustible espontaneo
no sé, a veces, si soy real,
o soy como la distorsionada figura que veo
Soy a veces el desorden
que se patea debajo de la cama
y se olvida entre el polvo
y que nadie ve ni recuerda
Otras ocasiones estoy en el centro de la mesa,
como el jarrón con flores,
radiante y perfumado de intenciones,
efímero y propenso a resecarse
Refugiado casi siempre
en evidente incontinencia verbal,
la propia o la ajena,
la verás o la engañosa.
No sé a veces si ser lo que se espera,
o ser el rayo que cae a media noche,
la verdad es que no encuentro la fuerza
de dejarme ser diferente,
de ser yo y dejar de ser gente....
o ser inesperado, combustible espontaneo
no sé, a veces, si soy real,
o soy como la distorsionada figura que veo
Soy a veces el desorden
que se patea debajo de la cama
y se olvida entre el polvo
y que nadie ve ni recuerda
Otras ocasiones estoy en el centro de la mesa,
como el jarrón con flores,
radiante y perfumado de intenciones,
efímero y propenso a resecarse
Refugiado casi siempre
en evidente incontinencia verbal,
la propia o la ajena,
la verás o la engañosa.
No sé a veces si ser lo que se espera,
o ser el rayo que cae a media noche,
la verdad es que no encuentro la fuerza
de dejarme ser diferente,
de ser yo y dejar de ser gente....
23 de febrero de 2010, 7:01
Tiene un aire clásico bastante logrado. De hecho, al leer la primera estrofa pensé que habías intentado trabajar un soneto (o cuartetos) al estilo barroco. En fin, es un jeugo que resulta interesante, con buen ritmo y momentos muy acertados. La estrofa final es una especie de cruce entre el barroco y Fernando Pessoa.
Saludos