Nos rehusamos a esperar,
lo que vendrá
no lo hará si no lo buscamos,
si nos quedamos
Las manos se hacen de piedra
con la inacción de la apatía,
piedra que solo sirve para moler sueños
y deseos profundos
Analizar y repensar
se convierten en enemigos acérrimos
del vivir diario del soñador
y trepan como una enredadera entres sus pies
Cada día son más sus presas
y cada día son más los que no se dan cuenta
del monstruo violento del miedo,
del animal ponzoñoso del recuerdo
Queremos largar camino,
pero del otro camino,
del que nos lleva en paralelo
y nos mueve al unísono
Pero aunque sea solos,
escapar debería de ser la misión,
lo demás es secundario,
lo demás es lastre
Escribir se convierte
en el aletear desesperado
del ave enjaulada,
el sonido del terror al encierro
Queremos irnos, y si llaman,
díganle que nos fuimos
(como Alfonsina)
a chocar contra el tajamar
disfrazados de ola y espuma
Imagen tomada de: http://sd-stock.deviantart.com/art/Birdcage-Template-6-107996723
27 de noviembre de 2009, 10:01
Muy buen trabajo señor Matamoros, en especial el final, aunque un poco predecible al mismo tiempo.
Saludos.
27 de noviembre de 2009, 11:34
Gracias por su comentario Juan Carlos, y gracias por tomarse el tiempo de leer mi trabajo. Estoy de acuerdo en parte con lo del final un poco predecible y creo que se debe a mi extraño amor por hacer pequeñas referencias a temas ya conocidos más que todo en forma de homenaje que cualquier otra cosa, además parte del poema fue escrito en función de esa última estrofa, que fue la inspiración inicial.
Gracias de nuevo por su comentario.